jueves, 7 de julio de 2011

Una invitación al corazón


A veces el tiempo de verano nos es propio para ayudarnos a realizar ciertas cosas que durante el resto del curso no las hacemos. Entre descanso y descanso quizás podamos dedicarle un tiempo al corazón, para saber más de mi y de mis relaciones. A eso es lo que nos invita Susanna Tamaro en su conocido libro: Donde el corazón te lleve en donde, en palabras de Olga -uno de sus personajes principales- para su nieta:

“…Cada vez que al crecer tengas ganas de convertir las cosas equivocadas en cosas justas, recuerda que la primera revolución que hay que realizar es dentro de uno mismo, la primera y las más importante. Luchar por una idea sin tener una idea de uno mismo es una de las cosas más peligrosas que se pueden hacer.

Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular su savia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: solo así podrás ofrecer sombra y reparo, solo así al llegarte la estación apropiada podrás cubriste de flores y de frutos.

Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y sepas cual recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: sientáte y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde el te lleve".

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Susana Tamaro. Donde el corazón te lleve.

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