miércoles, 1 de diciembre de 2010

Adviento: Esperando la Navidad


El adviento es conocido por todos como ese tiempo que precede a la Navidad, siempre lo hemos considerado como un tiempo de espera y por eso mismo de preparación para el nacimiento de Niño Dios.

Sin embargo como cualquier regalo que pretendemos abrir y estrenar rápidamente es en lo que estamos convirtiendo este tiempo, que cada año que pasa se pretende anular, y pasar directamente a una pseudo-navidad donde se dan primacía a las compras. Todo esto nos lleva cada vez más a un ritmo de prisas, y de huir del tiempo presente. Y bien nos lo decía el personaje del Principito en la obra de Antoine Exupery: “Corremos tanto, que es fácil no ver, no escuchar, no dialogar, no acariciar, no sentir, no pensar…y en consecuencia, no ama .El amor necesita un ritmo, una cadencia que no sabe de prisas.” Y es que eso de esperar parece que no se lleva, lo llevamos a día de hoy muy mal, se lleva eso de lo quiero ya y cuanto antes mejor, y eso nos ocasiona muchas ansiedades y angustias, que en psicología conocemos como falta del control de los impulsos. Sin embargo ¿Cómo vamos con esa actitud a preparar algo tan importante como es la Navidad? Las calles aparecen iluminadas y ¿nuestros corazones se iluminan? Si que es cierto que cada vez más los padres lo tienen más complicado porque la publicidad hace estragos en los más pequeños y es difícil explicarles el verdadero sentido de la Navidad, ¿Y cómo hacerlo? A veces pensamos que los niños necesitan grandes explicaciones pero creo que eso no es necesario valiéndonos de la información que reciben perfectamente les podemos orientar a que comprendan porque el adviento es necesario antes de llegar a la Navidad.

Así una anectoda a la que suelo recurrir es a la de los supermercados, ver como los niños consumen cualquier alimento o golosina antes de pagarlo en la caja, cuando les tenemos que explicar que las cosas necesitan de una espera, porque existe un por qué, muchos dirían que así “reprimo” a mi hijo, como me han comentado en muchas ocasiones; sin embargo no creo que esto sea motivo de represión y si como vehiculo de facilitación social, para ayudarlos en su adaptación en un mundo donde hay unas pautas mínimas que cumplir para que todos podamos convivir. Mira si es necesario esperar, que también esperamos en la parada del auto-bus, en la cola del pan, incluso una embarazada necesita de un tiempo para dar a luz, et. Sin embargo nos damos cuenta como lo material lo que se puede controlar hace que el ritmo de la vida este más bajo el control humano que divino. Parecería que el titulo de este artículo no tiene nada que ver con su contenido, lo que si he pretendido es resaltar el concepto de ESPERA. Que como vemos cumple una función social, que eso es perfectamente comprensible, pues bien por qué no dar un paso más y le damos ese matiz de trascendencia: ¿Para que esperar? Yo les animo a ello, a ser más conscientes del tiempo presente, de respetarlo y de no intentar controlarlo. De esa manera viviremos con más tranquilidad y alegría la verdadera preparación para que Dios no solo nazca en nuestras casas sino en nuestros corazones, solo así nos saldrá del corazón hacer participes a los demás de ese: ¡Feliz Navidad!


Mª Del Carmen González Rivas.
Psicóloga

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