domingo, 27 de junio de 2010

Conciliar trabajo y familia, en versión masculina





Según un estudio, ni a los hombres se les facilita tanta flexibilidad como a las mujeres, ni ellos la piden (Fuente: Aceprensa 22/06/2010 )



Compaginar profesión y vida de familia puede resultar tan arduo para los hombres como para las mujeres. La principal diferencia es que para ellas las dificultades consisten más bien en soportar la carga de la doble dedicación, mientras que a los maridos les detienen antes los obstáculos y el trabajo gana claramente la partida. En cierto modo, dicen los autores de un estudio publicado la semana pasada por el Boston College, los hombres con hijos afrontan una lucha semejante a la que libraron las mujeres, pero al revés. El papel de las madres en el hogar se daba por supuesto, y tuvieron que abrirse hueco en el trabajo. Ahora, los padres necesitan que se les reconozca en la práctica que sus obligaciones familiares exigen mucho más que llevar dinero a casa.


Cuando se reincorporan al trabajo tras la maternidad, las mujeres suelen pedir horario reducido o flexible, cosa que pocos hombres hacen cuando tienen un hijo.

El estudio, The New Dad: Exploring Fatherhood Within a Career Context, es de Brad Harrington, director del Center for Work and Family del Boston College, y dos colegas. Se elaboró a partir de entrevistas a padres primerizos: casados, con esposa que también trabaja fuera de casa, un solo hijo de 3 a 18 meses, título universitario y al menos cinco años de trayectoria profesional. Se trataba de averiguar cómo la paternidad les cambia la vida.

Todos se manifestaron contentos con su nueva experiencia y conscientes de que el hijo requiere mucha atención por parte de ellos. Están dispuestos a dedicarse a la familia, al menos tanto como sus mujeres. Sin embargo, casi el 60% ­dicen tener dificultades serias para conciliar hogar y trabajo, según otra encuesta anterior del Families and Work Institute (2008). Y lo más notables es que ese porcentaje es mayor que el de las mujeres, 42%. En 1997 era al revés: 35% de los hombres, 40% de las mujeres.

La solución radical sería hacerse amo de casa. Pero muy pocos de los papás encuestados se han planteado en serio esa posibilidad, y la descartaron, porque la familia no podría mantenerse solo con el sueldo de la madre. Esto contribuye a que en la gran mayoría (70%) de los hogares con padre, madre y niños en Estados Unidos, los dos trabajen fuera, y cuando no es así, en casi todos los casos (97%), es ella la que se queda. De todas formas, el motivo económico se va atenuando, pues ya en casi uno de cada cuatro parejas con dos sueldos, la mujer gana más que el hombre.

Menos flexibilidad laboral para hombres

En todo caso, para los encuestados tener un hijo afectó claramente a sus actitudes. Al sentir más fuerte la llamada del hogar, ya no están tan dispuestos a hacer excesos por la empresa. Aunque dicen que no hubo un cambio drástico en sus aspiraciones profesionales, manifiestan tener ahora otra idea del éxito, más global y equilibrada. También el entorno profesional respondió favorablemente. La noticia del nacimiento fue bien recibida por jefes y colegas; muchos dicen incluso que tienen superiores muy comprensivos con las mayores exigencias domésticas que supone la flamante paternidad.

Pero las buenas intenciones de todos no tienen tanta repercusión práctica. Los empleados con hijos pequeños, observan los autores de la encuesta, sufren una sutil discriminación, porque de hecho se supone que sus responsabilidades paternas no les afectarán mucho ni les requerirán mucho tiempo, a diferencia de lo que se acepta en el caso de las madres. Y aun los que dicen tener más facilidades por parte de los jefes, confiesan que a menudo no se atreven a aprovecharlas, y cuando se toman algún tiempo para atender una emergencia familiar, suelen hacerlo de modo “extraoficial”, sin pedirlo formalmente.

En suma, hay mucha menos flexibilidad laboral por razones familiares para los padres que para las madres, y la diferencia se debe en parte a la mentalidad dominante. Así, las mujeres se plantean con naturalidad pedir excedencias o suspender la carrera profesional por algún tiempo para atender a los hijos pequeños; los hombres, en cambio, no. Cuando se reincorporan al trabajo tras la maternidad, las mujeres suelen pedir horario reducido o flexible, cosa que pocos hombres hacen cuando tienen un hijo.

Desigual reparto de tareas domésticas

No es extraño, pues, que no se haya alcanzado la equiparación entre los sexos en cuanto a la dedicación de tiempo al hogar, pese a las ideas igualitarias de los nuevos papás. En la encuesta del Families and Work Institute, el 49% de los hombres dijeron que se ocupaban de cuidar a los niños al menos tanto como sus mujeres; pero de ellas, solo el 31% dieron tan buenos informes de sus maridos. Si se echan cuentas, resulta que, en los matrimonios en que trabajan fuera ella y él, la mujer emplea una media de 28 horas semanales en tareas domésticas, y el marido, 12 horas menos, en buena parte porque los hombres tienen, por término medio, una semana laboral más larga (datos de la U.S. National Survey of Families and Households).

Tal desigualdad no es exclusiva de Estados Unidos. La detecta también el estudio Growing Up in Australia, que sigue desde 2004 la trayectoria de 10.000 niños –y sus familias– de aquel país. Además, examina por separado a cada progenitor, y muestra que el padre dedica a los hijos la mitad de tiempo que la madre.

Por ejemplo, los niños de 4-5 años pasan 12,1 horas diarias con la madre y 6,1 horas con el padre (incluido el tiempo nocturno). Lo que no significa que la madre esté sola con el hijo durante 6 horas al día, sino más, pues el padre se ocupa él solo del niño no más de 30 minutos los días laborables y casi 90 minutos los fines de semana.

También en el caso australiano la jornada laboral se muestra decisiva. En efecto, la disparidad se acorta mucho si la mujer tiene un empleo de 35 horas o más por semana: en tal caso, ella pasa con el niño 9,2 horas diarias, y el marido, 7,7 horas. En cambio, la máxima diferencia se da cuando la mujer no tiene empleo (7,2 horas más ella que él) o el marido trabaja 55 horas o más por semana (6,9 horas). Se vuelve a ver que compaginar empleo y familia es un problema de dos.

miércoles, 23 de junio de 2010

Desmarcarse y asumir la propia identidad

Os dejamos con un video que os sorprenderá....
A veces es difícil salirse de las reglas marcadas y asumir una identidad diferente al resto. ¡Siempre hay que arriesgar!

lunes, 21 de junio de 2010

Resiliencia: superación frente a la adversidad

La capacidad del ser humano frente a la superación propia de conflictos y adversidades siempre ha existido, la psicología actual está realizando un énfasis en este tema bajo el nombre de resiliencia.

Así para la psicología, el término resiliencia se refiere a la capacidad para sobreponerse a períodos de dolor emocional. Cuando la persona lo logra se dice que resulta fortalecido por los mismos.

Esa capacidad de resistencia se prueba en situaciones de fuerte y prolongado estrés, como por ejemplo el debido a la pérdida inesperada de un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o físico, al abandono afectivo, al fracaso, a las catástrofes naturales y a la pobreza extrema.

Pues bien os mostramos un caso de resiliencia de un cantautor sudamericano Tony Meléndez, a través de este video conoceréis su historia de superación y gran testimonio. Junto con un grupo de universitario hace algunos años tuvimos la oportunidad de conocerle en España.




Ser resiliente no implica salir ileso de una batalla, no consiste en atravesar una crisis sin "ser tocado" afectivamente. La resiliencia implica la conjunción de sentimiento y coraje para elaborar satisfactoriamente las dificultades tanto en el plano individual como interpersonal. (Escuela Vasco-Navarra de Terapia Familiar)

jueves, 17 de junio de 2010

El Sentido de mi vida: ¿hacia dónde se dirige?

A principios del mes de Junio tuvo lugar en la Parroquia de Santa Teresa de Badajoz un encuentro con el movimiento ecclesial "Vida Ascendente". Nuestro centro participó con una charla que enmarcaba el encuentro:"Mi vida: ¿hacia donde se dirige?".

La charla trato el tema de la búsqueda del sentido de la vida, a la luz de cómo aprendemos a dar un significado a nuestra vida en los momento evolutivos por los que vamos pasando. Vivir cada etapa implica unos cambios, saber que es algo evolutivo, algo normal. Y en función de cómo se afronten éstos nos llevara a tomar una actitud negativa o positiva.

Junto a esa experiencia personal no se debe olvidar que el sentido de la vida se realiza tambien en el encuentro con el otro, porque los seres humanos somos relacionales y téndemos al vínculo.




martes, 15 de junio de 2010

Orientaciones para el verano en familia


La llegada de las vacaciones de verano supone siempre un alivio para toda persona, que bien por su trabajo o por sus estudios ha tenido un curso agitado. Sin embargo aquellos que parecen siempre esperarlo con mayor ilusión son los alumnos, aquellos que se encuentran en periodo escolar. Pero para muchas familias compatibilizar todo esto supone en ocasiones una fuente de estrés importante que le puede dar pie a sus dejación de sus responsabilidades o a crear un ambiente donde reine la negatividad. En la mayoría de las ocasiones supone para los padres un difícil ajuste el que sus hijos estén la mayor parte del tiempo de vacaciones mientras ellos siguen sus trabajos; y por supuesto tanto como para los padres e incluso para la misma pareja compartir un mayor tiempo juntos no siempre es fácil.

Disfrutar en familia

Si partimos que es solo dentro del seno de la familia donde un hijo puede encontrar todas las energías necesarias para su formación y crecimiento; Es básico que los padres aúnen sus esfuerzos para hacer también de las vacaciones de verano un espacio en donde se procure todo esto. Para ello hay que tener en cuenta una serie de consideraciones básicas antes de ponernos a hacer planes, pues como siempre la variedad es enorme y si no ajustamos nuestras decisiones conforme a nuestros criterios puede que nos equivoquemos.

Partimos de la base de que el verano se puede vivir en familia, ya que esto favorece seguir fomentando los vínculos, y de esa forma prevenir que se convierta en un tiempo de dispersión “cada cual por su lado”. Hay que procurar que haya momentos para compartir todos juntos.

Algo muy importante para los padres es que tengan en cuenta que durante las vacaciones de verano se sigue manteniendo la función educadora, podrán hacerlo de otra manera, pero en la misma línea que han seguido durante el curso: fomentando la responsabilidad, la autonomía, el respeto por los límites o normas así como procurar el empleo de algunas rutinas que colaboren en todo ello.

Es esencial también considerar en que momento evolutivo se encuentra la familia, ya que no es lo mismo que haya niños pequeños, adolescentes o jóvenes. De acuerdo a esto si tenemos que ver que cada uno puede tener su espacio para seguir desarrollando sus habilidades, momentos de ocio y diversión.

Hacer otras cosas

También es importante que la familia no se cierre con el exterior, pueden estar en contacto con otras familias con hijos de similares edades, o con amistades propias, de manera que se favorezcan las relaciones sociales con sus iguales pues es importante que se estimule a los hijos para relacionarse competentemente con el entorno físico y social.

También es importante que durante el verano los hijos dediquen un tiempo para realizar algún tipo de tareas escolares, bien de repaso o para potenciarlas más como es el caso de los idiomas. Siempre que se vea como un suplemento al curso escolar y no como una continuidad de él.

Pues si algo es necesario para todos es el descanso. El verano es un tiempo propicio para ello y los padres tienen también que valorarlo y respetarlo. Que los ritmos se propongan menos acelerados y que no se llenen a los chicos con multitud de actividades, de las cuales no hay un hilo conductor o no se sepa que finalidad alcanzan. Y es que la base de la educación no radica en que los hijos hagan muchas cosas (activismo pedagógico). Si los padres implican a los hijos en una actividad tienen que reflexionar sobre ello o si es él quien lo pide a los padres ayudarle también a ello.

Estas actividades de las que hablamos tienen que ir ligadas a sus gustos y aficiones favoritas. Es importante que los propios padres hablen con sus hijos de las actividades que les gustaría hacer durante el verano. Averiguar qué desean aprender, ver o hacer. Con esta información los padres pueden presentar distintas opciones a sus hijos. Ante todo es imprescindible que a los hijos se les estimule de cara al exterior, evitar su aburrimiento o que empleen su mayor parte del tiempo siendo personas pasivas delante de un televisor o un videojuego.
Desde luego la actitud ante el verano puede transformarse si los padres ponen su empeño en convertirlo en un tiempo interesante, novedoso y alegre. Favoreciendo todo aquello que no han podido hacer durante el curso como son los juegos, adecuados a su edad, así como visitas o excursiones que favorezcan como decíamos al principio un verano en familia.

Mª Del Carmen González Rivas
psicóloga

jueves, 10 de junio de 2010

Construyendo ilusiones

Os dejamos con este video que pretende rememorarnos la película de "la vida es bella". Tan importante es crea y renovar la ilusión en los que nos rodean para que lo negativo y las dificultades del día a día no nos aprisionen.



lunes, 7 de junio de 2010

Resiliencia para momentos de crisis


La RESILIENCIA, podemos decir que siempre ha existido; actualmente toma este nuevo sobrenombre para indicarnos que el ser humano siempre ha podido salir e idear nuevas estrategias para solventar los momentos de dificultad, ¿Por qué no ahora también?


Joan Borysenko, figura de referencia en el campo de la medicina integrativa, dedica su nuevo libro "Pase lo que pase, no es el fin del mundo" a un tema de máximo interés en estos tiempos de cambio: la capacidad de superar circunstancias difíciles. Pase lo que pase no es el fin del mundo enseña al lector a pensar y actuar como lo hacen las personas resilientes al tiempo que ofrece un método sencillo, práctico y brillante para convertir las crisis en oportunidades de desarrollo vital. Su apasionante enfoque abarca todas las facetas de la resiliencia: estrategias para desplegar un "optimismo creativo"; actividades para desarrollar el hemisferio derecho del cerebro, responsable de la creatividad; reflexiones sobre la utilidad del ejercicio físico para crear nuevas conexiones neuronales...


"Pase lo que pase -dice la autora-, no es el fin del mundo. Es una llamada al genio que dormita en tu interior -en el interior de todos nosotros- un genio que aguarda dispuesto a re-crear el mundo."


Joan Borysenko
Doctora en ciencias médicas por la Harvard Medical School y licenciada en psicología clínica, la doctora Borysenko es una experta de prestigio mundial en el campo de la conexión cuerpo-mente. Ha publicado diversos títulos internacionalmente reconocidos, entre ellos Paz interior para gente ocupada o el bestséller Tu mente puede curarte.